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martes, 13 de abril de 2010

Software libre Vs Software licenciado

Software libre.

Mantenemos esta definición de software libre para mostrar claramente qué debe cumplir un programa de software concreto para que se le considere software libre.

El ``Software Libre'' es un asunto de libertad, no de precio. Para entender el concepto, debes pensar en ``libre'' como en ``libertad de expresión'', no como en ``cerveza gratis'' [N. del T.: en inglés una misma palabra (free) significa tanto libre como gratis, lo que ha dado lugar a cierta confusión].

``Software Libre'' se refiere a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, cambiar y mejorar el software. De modo más preciso, se refiere a cuatro libertades de los usuarios del software:

* La libertad de usar el programa, con cualquier propósito (libertad 0).
* La libertad de estudiar cómo funciona el programa, y adaptarlo a tus necesidades (libertad 1). El acceso al código fuente es una condición previa para esto.
* La libertad de distribuir copias, con lo que puedes ayudar a tu vecino (libertad 2).
* La libertad de mejorar el programa y hacer públicas las mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie. (libertad 3). El acceso al código fuente es un requisito previo para esto.

Un programa es software libre si los usuarios tienen todas estas libertades. Así pues, deberías tener la libertad de distribuir copias, sea con o sin modificaciones, sea gratis o cobrando una cantidad por la distribución, a cualquiera y a cualquier lugar. El ser libre de hacer esto significa (entre otras cosas) que no tienes que pedir o pagar permisos.

También deberías tener la libertad de hacer modificaciones y utilizarlas de manera privada en tu trabajo u ocio, sin ni siquiera tener que anunciar que dichas modificaciones existen. Si publicas tus cambios, no tienes por qué avisar a nadie en particular, ni de ninguna manera en particular.

La libertad para usar un programa significa la libertad para cualquier persona u organización de usarlo en cualquier tipo de sistema informático, para cualquier clase de trabajo, y sin tener obligación de comunicárselo al desarrollador o a alguna otra entidad específica.

La libertad de distribuir copias debe incluir tanto las formas binarias o ejecutables del programa como su código fuente, sean versiones modificadas o sin modificar (distribuir programas de modo ejecutable es necesario para que los sistemas operativos libres sean fáciles de instalar). Está bien si no hay manera de producir un binario o ejecutable de un programa concreto (ya que algunos lenguajes no tienen esta capacidad), pero debes tener la libertad de distribuir estos formatos si encontraras o desarrollaras la manera de crearlos.

Para que las libertades de hacer modificaciones y de publicar versiones mejoradas tengan sentido, debes tener acceso al código fuente del programa. Por lo tanto, la posibilidad de acceder al código fuente es una condición necesaria para el software libre.

Para que estas libertades sean reales, deben ser irrevocables mientras no hagas nada incorrecto; si el desarrollador del software tiene el poder de revocar la licencia aunque no le hayas dado motivos, el software no es libre.

Son aceptables, sin embargo, ciertos tipos de reglas sobre la manera de distribuir software libre, mientras no entren en conflicto con las libertades centrales. Por ejemplo, copyleft [``izquierdo de copia''] (expresado muy simplemente) es la regla que implica que, cuando se redistribuya el programa, no se pueden agregar restricciones para denegar a otras personas las libertades centrales. Esta regla no entra en conflicto con las libertades centrales, sino que más bien las protege.

Así pues, quizás hayas pagado para obtener copias de software GNU, o tal vez las hayas obtenido sin ningún coste. Pero independientemente de cómo hayas conseguido tus copias, siempre tienes la libertad de copiar y modificar el software, e incluso de vender copias.

``Software libre'' no significa ``no comercial''. Un programa libre debe estar disponible para uso comercial, desarrollo comercial y distribución comercial. El desarrollo comercial del software libre ha dejado de ser inusual; el software comercial libre es muy importante.

Es aceptable que haya reglas acerca de cómo empaquetar una versión modificada, siempre que no bloqueen a consecuencia de ello tu libertad de publicar versiones modificadas. Reglas como ``Si haces disponible el programa de esta manera, debes hacerlo disponible también de esta otra'' pueden ser igualmente aceptables, bajo la misma condición. (Observa que una regla así todavía te deja decidir si publicar o no el programa). También es aceptable que la licencia requiera que, si has distribuido una version modificada y el desarrollador anterior te pide una copia de ella, debas enviársela.

En el proyecto GNU, utilizamos ``copyleft'' para proteger de modo legal estas libertades para todos. Pero el software libre sin ``copyleft'' también existe. Creemos que hay razones importantes por las que es mejor usar copyleft, pero si tus programas son software libre sin ser copyleft, los podemos utilizar de todos modos.

Visita la página Categorías de Software Libre (18.000 caracteres) para ver una descripción de las diferencias que hay entre el ``software libre'', ``software con copyleft (`izquierdo' de copia)'' y otras categorías de software se relacionan unas con otras.

A veces las normas de control de exportación del gobierno y las sanciones mercantiles pueden restringir tu libertad de distribuir copias de los programas a nivel internacional. Los desarrolladores de software no tienen el poder de eliminar o sobrepasar estas restricciones, pero lo que pueden y deben hacer es rehusar el imponerlas como condiciones de uso del programa. De esta manera, las restricciones no afectarán a actividades y gente fuera de las jurisdicciones de estos gobiernos.

Cuando se habla de software libre, es mejor evitar términos como: ``regalar'' o ``gratis'', porque esos téminos implican que lo importante es el precio, y no la libertad. Algunos términos comunes tales como ``piratería'' conllevan opiniones que esperamos no apoyes. Visita la página Palabras y frases confusas que vale la pena evitar, donde encontrarás una discusión acerca de estos términos. También tenemos una lista de traducciones de ``software libre'' a varios idiomas.

Por último, fíjate en que los criterios establecidos en esta definición de software libre requieren pensarse cuidadosamente para interpretarlos. Para decidir si una licencia de software concreta es una licencia de software libre, lo juzgamos basándonos en estos criterios para determinar si tanto su espíritu como su letra en particular los cumplen. Si una licencia incluye restricciones contrarias a nuestra ética, la rechazamos, aun cuando no hubiéramos previsto el problema en estos criterios. A veces un requisito de una licencia plantea una situación que necesita de una reflexión minuciosa, e incluso conversaciones con un abogado, antes de que podamos decidir si la exigencia es aceptable. Cuando llegamos a una conclusión, a veces actualizamos estos criterios para que sea más fácil ver por qué ciertas licencias se pueden calificar o no como de software libre.

Las tecnologías digitales de la información contribuyen al mundo haciendo que sea más fácil copiar y modificar información. Las computadoras prometen hacer esto más fácil para todos.

No todo el mundo quiere que esto sea más fácil. El sistema del copyright permite que los programas de software tengan ``propietarios'', la mayor parte de los cuales pretenden privar al resto del mundo del beneficio potencial del software. Los propietarios desearían ser los únicos que puedan copiar y modificar el software que usamos.

El sistema de copyright creció con la imprenta --una tecnología usada para la producción masiva de copias. El copyright se ajustaba bien a esta tecnología puesto que restringía sólo a los productores de copias en masa. No privaba de libertad a los lectores de libros. Un lector cualquiera, que no poseyera una imprenta, sólo podía copiar libros con pluma y tinta, y a pocos lectores se les ponía un pleito por ello.

Las tecnologías digitales son más flexibles que la imprenta: cuando la información adopta forma digital, la puedes copiar fácilmente para compartirla con otros. Es precisamente esta flexibilidad la que se ajusta mal a un sistema como el del copyright. Esa es la razón del incremento de medidas perversas y draconianas que se emplean en la actualidad para hacer cumplir el copyright del software. Considera estas cuatro costumbres de la Software Publishers Association (SPA):

* Propaganda masiva diciendo que está mal desobedecer a los propietarios para ayudar a un amigo.
* Pedir a la gente que se conviertan en soplones para delatar a sus colegas y compañeros de trabajo
* Redadas (con ayuda policial) a oficinas y escuelas, en las que se dice a la gente que deben probar que son inocentes de hacer copias ilegales.
* El proceso judicial (por el gobierno de los EEUU, a petición de la SPA) de personas como David LaMacchia del MIT, no por copiar software (no se le acusa de copiarlo), sino meramente por dejar sin vigilancia equipos de copia y no controlar su uso.

Cada una de estas cuatro costumbres se asemejan a aquellas usadas en la antigua Unión Soviética, donde todas las máquinas de copiar tenían un vigilante para prevenir copias prohibidas, y donde las personas tenían que copiar información en secreto y pasarla de mano a mano como ``samizdat''. Por supuesto hay una diferencia: el motivo para el control de información en la Unión Soviética era político; en los EEUU el motivo es el beneficio económico. Pero son las acciones las que nos afectan, no el motivo. Cualquier intento de bloquear el compartir información, sin importar por qué, lleva a los mismos métodos y a la misma dureza.

Los propietarios hacen uso de distintos argumentos para que se les conceda el control de cómo usamos la información:

* Insultando.

Los propietarios usan palabras difamatorias como ``piratería'' y ``robo'', al igual que terminología experta como ``propiedad intelectual'' y ``daño'', para sugerir una cierta línea de pensamiento al público --una analogía simplona entre los programas y los objetos físicos.

Nuestras ideas e intuiciones acerca de la propiedad sobre los objetos materiales tratan acerca de si es justo quitarle un objeto a alguien. No se aplican directamente a hacer una copia de algo. Pero los propietarios nos piden que las apliquemos de todas formas.

* Exageración.

Los propietarios dicen que sufren un ``daño'' o ``pérdida económica'' cuando los usuarios copian programas por su cuenta. Pero el copiar no tiene un efecto directo sobre el propietario, y no hace daño a nadie. El propietario sólo puede perder si la persona que hizo la copia, hubiese pagado por una del propietario en su lugar.

Un poco de consideración muestra que la mayoría de tales personas no habrían comprado copias. Aun así los propietarios calculan sus ``pérdidas'' como si todos y cada uno hubiesen comprado una copia. Esto es una exageración --por decirlo de una manera suave.

* La ley.

Los propietarios a menudo describen el estado actual de la ley, así como las duras sanciones con las que nos amenazan. En este enfoque va implícita la sugerencia de que la ley actual refleja un punto de vista moral incuestionable --y aun así al mismo tiempo, se nos insta a considerar estas sanciones como hechos naturales por los que no se puede responsabilizar a nadie.

Esta línea de persuasión no está diseñada para defenderse ante el pensamiento crítico; está concebida para reforzar un camino mental habitual.

Es evidente que las leyes no distinguen lo que está bien de lo que está mal. Todo americano debería saber que, hace cuarenta años, iba contra la ley que un persona de raza negra se sentase en la parte frontal del autobús; pero solamente los racistas dirían que sentarse ahí no estaba bien.

* Derechos naturales.

Los autores a menudo sostienen que existe una conexión especial con los programas que han escrito, y añaden que, en consecuencia, sus deseos e intereses respecto al programa simplemente prevalecen sobre aquéllos de cualquier otra persona --o incluso de los del resto del mundo. (Normalmente son las empresas, no los autores, los que retienen los copyrights sobre el software, pero se espera de nosotros que ignoremos esta discrepancia.)

A aquéllos que proponen esto como un axioma ético --el autor es más importante que tú --sólo les puedo decir que yo, un notable autor de software, lo llamo una tontería.

Pero la gente por lo general sólo suele sentir alguna simpatía hacia los derechos naturales por dos razones.

Una razón es una analogía forzada entre el software y los objetos materiales. Cuando yo cocino espaguetis, me quejo si otra persona se los come, porque entonces yo ya no me los puedo comer. Su acción me duele exactamente tanto como lo que le beneficia a él; sólo uno de nosotros se puede comer los espaguetis, así que la pregunta es, ¿quién? La más mínima distinción entre alguno de nosotros es suficiente para inclinar la balanza ética.

Pero el hecho de que tú ejecutes o modifiques un programa que yo he escrito te afecta a tí directamente y a mí indirectamente. Si tú le das una copia a tu amigo te afecta a tí y a tu amigo mucho más que lo que me afecta a mí. Yo no debería tener el poder de decirte que no hagas estas cosas. Nadie debería.

La segunda razón es que a la gente se le ha dicho que los derechos naturales de los autores son una tradición aceptada e indiscutida de nuestra sociedad.

Desde un punto de vista histórico, sucede justamente lo contrario. La idea de los derechos naturales de los autores fue propuesta y decididamente rechazada cuando se concibió la Constitución de los EEUU. Ésa es la razón por la que la Constitución sólo permite un sistema de copyright y no require uno; por esa razón dice que el copyright debe ser temporal. Establece asímismo que el propósito del copyright es promocionar el progreso --no recompensar a los autores. El copyright recompensa a los autores en cierta medida, y a los editores más, pero éso esta concebido como un medio de modificar su comportamiento.

La tradición realmente establecida de nuestra sociedad es que el copyright vulnera los derechos naturales del público --y que esto sólo se puede justificar por el bien del público.

* Economía.

El último argumento que se emplea para justificar la existencia de los propietarios de software es que ésto lleva a la producción de más software.

A diferencia de los demás, éste argumento por lo menos adopta un enfoque legítimo sobre el tema. Se basa en un objetivo válido --satisfacer a los usuarios de software. Y está empiricamente demostrado que la gente producirá más de algo si se les paga bien por ello.

Pero el argumento económico tiene un fallo: se basa en la presunción de que la diferencia es sólo cuestión de cuánto dinero debemos pagar. Asume que la ``producción de software'' es lo que queremos, tenga el software propietarios o no.

La gente acepta gustosamente esta presunción por que está de acuerdo con nuestra experiencia acerca de los objetos materiales. Considera un bocadillo, por ejemplo. Es posible que puedas conseguir un bocadillo equivalente bien gratis o por un precio. Si es así, la cantidad que pagas es la única diferencia. Tanto si lo tienes que comprar como si no, el bocadillo tiene el mismo sabor, el mismo valor nutricional, y en ambos casos te lo puedes comer sólo una vez. El hecho de si el bocadillo lo obtienes de un propietario o no, no puede afectar directamente a nada más que la cantidad de dinero que te queda después.

Esto es cierto para cualquier objeto material --el hecho de que tenga o no tenga propietario no afecta directamente a lo que es, o a lo que puedas hacer con ello si lo adquieres.

Pero si un programa tiene un propietario, esto afecta en gran medida a lo que es, y a lo que puedes hacer con un copia si la compras. La diferencia no es sólo una cuestión de dinero. El sistema de propietarios de software incentiva a los propietarios de software a producir algo --pero no lo que la sociedad realmente necesita. Y causa una contaminación ética intangible que nos afecta a todos.

¿Qué es lo que la sociedad necesita? Necesita información que esté verdaderamente a disposición de sus ciudadanos --por ejemplo, programas que la gente pueda leer, arreglar, adaptar, y mejorar, no solamente ejecutar. Pero lo que los propietarios de software típicamente ofrecen es una caja negra que no podemos ni estudiar ni modificar.

La sociedad también necesita libertad. Cuando un programa tiene un propietario, los usuarios pierden la libertad de controlar una parte de sus propias vidas.

Y sobre todo una sociedad necesita incentivar el espíritu de cooperación entre sus ciudadanos. Cuando los propietarios de software nos dicen que ayudar a nuestros vecinos de una manera natural es ``piratería'', están contaminando el espíritu cívico de nuestra sociedad.

Esto es por lo que decimos que el software libre es una cuestión de libertad, no de precio.

El argumento económico para justificar la propiedad es erróneo, pero la cuestión económica es real. Algunas personas escriben software útil por el placer de escribirlo o por admiración y amor al arte; pero si queremos más software del que esas personas escriben, necesitamos conseguir fondos.

Desde hace ya diez años, los desarrolladores de software libre han intentado varios métodos de encontrar fondos, con algo de éxito. No hay necesidad de hacer rico a nadie; los ingresos medios de una familia media, alrededor de $35.000, prueba ser incentivo suficiente para muchos trabajos que son menos satisfacctorios que programar.

Durante años, hasta que una beca lo hizo innecesario, yo me ganaba la vida realizando mejoras a medida sobre software libre que yo había escrito. Cada mejora se añadía a la versión estándar lanzada y así, eventualmente, se hacían disponibles al público en general. Los clientes me pagaban para que trabajase en las mejoras que ellos querían, en vez de en las características que yo habría considerado la máxima prioridad.

La Fudación para el Software Libre [Free Software Foundation] (FSF, por sus siglas en inglés) , una entidad sin ánimo de lucro exenta de impuestos para el desarrollo de software libre, consigue fondos mediante la venta de CD-ROMs de GNU, camisetas, manuales, y distribuciones ``deluxe'', (todos los cuales los usuarios son libres de copiar y modificar), así como mediante donaciones. Ahora cuenta con un equipo de cinco programadores, y tres empleados que se encargan de los pedidos por correo.

Algunos desarrolladores de software libre ganan dinero mediante la venta de servicios de soporte. Cygnus Support, que cuenta con alrededor de 50 empleados [cuando se escribió este artículo], estima que en torno al 15 por ciento de la actividad de su equipo es desarrollo de software libre --un porcentaje respetable para una compañía de software.

Algunas compañías, incluyendo Intel, Motorola, Texas Instruments y Analog Devices, han unido esfuerzos para financiar el desarrollo continuado del compilador GNU para el lenguaje C. Mientras, el compilador GNU para el lenguaje Ada está siendo financiado por la Fuerza Aérea de los EEUU, que cree que ésta es la manera más efectiva de conseguir un compilador de alta calidad. [La financiación de la Fuerza Aérea se acabó hace algún tiempo; el Compilador GNU de Ada está ahora en servicio, y su mantenimiento se financia comercialmente.]

Todos estos ejemplos son pequeños; el movimiento de software libre es aún pequeño, y aún joven. Pero el ejemplo de la radio ``mantenida-por-la-audiencia'' en este país [los EEUU] muestra que es posible mantener una actividad grande sin forzar a cada usuario a pagar.

Como un usuario de informática hoy en día, te puedes encontrar usando un programa privativo (18.000 caracteres). Si tu amigo te pide hacer una copia, estaría mal negarse a ello. La cooperación es más importante que el copyright. Pero una cooperación clandestina, escondida no contribuye a mejorar la sociedad. Una persona debería aspirar a vivir una vida honrada abiertamente con orgullo, y esto significa decir ``No'' al software privativo.

Te mereces ser capaz de cooperar abierta y libremente con otras personas que usan software. Te mereces ser capaz de aprender cómo funciona el software, y enseñar a tus estudiantes con él. Te mereces ser capaz de contratar a tu programador favorito para arreglarlo cuando se rompa.

Software Licenciado

El software no libre (también llamado software propietario, software privativo, software privado y software con propietario) se refiere a cualquier programa informático en el que los usuarios tienen limitadas las posibilidades de usarlo, modificarlo o redistribuirlo (con o sin modificaciones), o que su código fuente no está disponible o el acceso a éste se encuentra restringido .

Para la Fundación para el Software Libre (FSF) este concepto se aplica a cualquier software que no es libre o que sólo lo es parcialmente (semilibre), sea porque su uso, redistribución o modificación está prohibida, o requiere permiso expreso del titular del software.

En el software no libre una persona física o jurídica (compañía, corporación, fundación, etc.) posee los derechos de autor sobre un software negando o no otorgando, al mismo tiempo, los derechos de usar el programa con cualquier propósito; de estudiar cómo funciona el programa y adaptarlo a las propias necesidades (donde el acceso al código fuente es una condición previa); de distribuir copias; o de mejorar el programa y hacer públicas las mejoras (para esto el acceso al código fuente es un requisito previo).

De esta manera, un software sigue siendo no libre aún si el código fuente es hecho público, cuando se mantiene la reserva de derechos sobre el uso, modificación o distribución (por ejemplo, la versión comercial de SSH o el programa de licencias shared source de Microsoft).
Terminología utilizada

No existe consenso sobre el término a utilizar para referirse al opuesto del software libre. Entre los términos más usados, en orden de frecuencia de uso (usando como fuente oficiosa una serie de consultas con el buscador Google en mayo de 2005) se encuentran.
Software propietario

La expresión software propietario proviene del término en inglés "proprietary software". En la lengua anglosajona, "proprietary" significa «poseído o controlado privadamente» («privately owned and controlled»), que destaca la mantención de la reserva de derechos sobre el uso, modificación o redistribución del software.

Inicialmente utilizado, pero con el inconveniente que la acepción proviene de una traducción literal del inglés, no correspondiendo su uso como adjetivo en el español, de manera que puede ser considerado como un barbarismo. Sin embargo, todavía es el término preferido por cerca del 73% de los sitios en Internet.
Objeciones al término "propietario"

El término propietario en español resultaría inadecuado, pues significa que «tiene derecho de propiedad sobre una cosa» (fuente DRAE), por lo que no podría calificarse de "propietario" al software, porque éste no tiene propiedad sobre nada (es decir, no es dueño de nada) y, además, no podría serlo (porque es cosa y no persona).

Asimismo, la expresión "software propietario" podría ser interpretada como "software sujeto a propiedad" (derechos o titularidad) y su opuesto, el software libre, está sujeto al derecho de autor.
Software privativo

La expresión software privativo fue comenzada a ser utilizada por Richard Stallman, desde el año 2003, en sus conferencias sobre software libre, pues sería más adecuada que "software propietario" para definir en español al software que no es libre ("proprietary software" en inglés).

Se realizó este cambio idiomático, básicamente por las siguientes razones:

El término "privativo" significa que causa privación o restricción de derechos o libertades, justamente lo que se pretende describir con él (privación a los usuarios de sus libertades en relación al software).

Su uso ha ido en aumento constante y actualmente se puede constatar que cerca de 20% de los sitios en Internet lo utilizan.
Objeciones al término "privativo"

Este término haría referencia a una propiedad diferente a la de ser un software no libre, ya que la principal acepción de "privativo'" es que «causa privación o la significa» (fuente DRAE). En este sentido, el contrario de "software privativo" sería "software no privativo", es decir, sin limitaciones o como se le conoce: de dominio público. Así, software libre y su opuesto serían ambos conceptos diferentes a los sugeridos por "software privativo".

Asimismo, este término sería aplicable, de modo figurativo, al software cuyo coste es realmente elevado, no pudiendo ser soportado por un particular, caso muy común en el software diseñado para realizar labores muy específicas, con independecia a si éste es libre o no.
Software no libre

La expresión software no libre o software no-libre (en inglés "non-free software"), actualmente se utiliza en 5,5% de los sitios Internet encontrados.
Objeciones al término "no libre"

El término no libre es usado por la FSF para agrupar todo el software que no es libre, es decir, incluye al llamado en inglés "semi-free software" (software semilibre) y al "propietary software" (puede verse esto en Categories of Free and Non-Free Software de la FSF, en inglés).

Asimismo, es frecuentemente utilizado para referirse al software que no cumple con las Directrices de software libre de Debian (las cuales siguen la misma idea básica de libertad en el software, propugnada por la FSF) y sobre las cuales está basada la definición de Código abierto de la Open Source Initiative.
Software privado

La expresión software privado es usada por la relación entre los conceptos de (tener) propietario y ser privado.

Su utilización es poco difundida, cerca del 1% de los sitios Internet utilizan este término.
Objeciones al término "privado"

Este término sería inadecuado debido a que, en una de sus acepciones, la palabra "privado" se entiende como antónimo de "público", o sea, que «no es de propiedad pública o estatal, sino que pertenece a particulares» (fuente DRAE), provocando que esta categoría se interpretara como no referente al Estado, lo que produciría la exclusión del software (no libre) generado por el aparato estatal.

Además, al igual que con el término "software privativo", el contrario "literal" de "software privado", es decir, el "software público" se asocia generalmente con software de dominio público.
Software con propietario

La expresión software con propietario pretende corregir el defecto de la expresión "software propietario", y sería más cercana al término más utilizado ("propietario"), el cual se podría considerar una abreviación de éste.

Su uso sin embargo está muy poco difundido (0,1%).
Objeciones al término "con propietario"

Se argumenta contra del término "con propietario" justamente su similitud con "proprietary" en inglés, que sólo haría referencia a un aspecto del software que no es libre, manteniendo una de las principales críticas a éste (de "software sujeto a derechos" o "propiedad"). Adicionalmente, si "propietario" refiere al titular de los derechos de autor (y está claro que no puede referir al usuario, en tanto este es simplemente un cesionario), no resuelve la contradicción: todo el software libre tiene también titulares de derechos de autor.

Código cerrado es el código fuente que no se encuentra disponible para cualquier usuario, es decir no se hace público. Se le llama así en contraposición al código abierto.

El software no libre utiliza un código cerrado. Por su calidad de secreto industrial, su divulgación (que puede ocurrir ocasionalmente) constituye un delito.

INFORMACION TOMADA DE: http://kusanagui.blogdiario.com/i2006-06/

diapositiva sobre ciber espacio:

miércoles, 24 de marzo de 2010

LA INGENIERÍA DE SISTEMAS



La ingeniera de sistemas nos permite ser innovadores, creativos, modificar, inventar y transformar un sistema o programa a través de una herramienta llamada computadora.
Es a través de la ingeniería de sistemas, donde podemos crear, modificar programas que faciliten el trabajo del hombre en los diferentes contextos. Es aquí donde el hombre puede realizar software de entretenimiento, como vídeo juegos paginas web aplicativos multimedia,bien permite crear base de datos y otras herramientas que le faciliten el trabajo de oficina, a los diferentes tipos de empresas.
Es a través de este blog, donde encontraremos información que nos facilite la consulta de la carrera.

El hombre no puede ser ajeno a las nuevas tecnologías que faciliten su desempeño laboral en un contexto determinado

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